domingo, 11 de diciembre de 2011

¡Feliz friki navidad a todos!


A propósito de esta época navideña: ¿Cómo era posible que nuestros padres nos hicieran creer realmente en Santa Claus? U.u todo un misterio para mi hasta le día de hoy.
Pues bien, al menos mis queridos progenitores hacían muuuy bien su puesta en escena la noche del 24. Lo primero era vestir a los niños con su ropa nueva (tiempo en que papá aprovechaba para meter los regalos en el auto sin que nos diéramos cuenta). Segundo, era llevarlos a casa de los abuelos para rezar la tan dichosa novena…

Para quienes no sepan que rayos es eso, pues en cortas palabras es una tradición colombiana de rezar entorno al pesebre una serie de oración y villancicos durante 9 días, como preparación espiritual al recibimiento del divino niño –cabe aclarar que para nosotros los niños es solo un montón de “bla bla bla” y luego comida *o*-

Como venía diciendo, luego de las oraciones y perder el tiempo con villancicos, llega la mejor parte de todas. Pongamos la imaginación a funcionar y miren con atención la habilidad y alta destreza que tienen nuestros padres para hacer vivir una infancia única:
Primero,  el por entonces CD, de villancicos ha terminado, son casi las 11 y ya los niños están cansados de jugar a corretearse por la casa, papá dice: “vamos al parque para que vean las luces” Y uno, bien inocente de todos los cargos acepta muy animado (por no decir que no hay nada que perder xD) Al llegar allí y después de recorrerlo todo, ellos te harán sentar en una banca, sabiendo también que tu estas a unos cuantos minutos de una embolia por sueño. Mirarán al cielo para ver las estrellas, y luego de unos 15 o 20 minutos más, papá dirá: “¿vieron esa luz que paso rapidísimo?” y uno, como buen niño preguntaré qué changos fue lo que vio, ¡y claro! Con un guion perfectamente diseñado, él contestara que: “fue Santa Claus, que acaba de salir de la casa ¿quieren volver ya?”

Y obvio, como el querido lector se habrá de imaginar, al llegar a  casa los regalos están mágicamente bajo el árbol y los niños se seguirán tragando ese cuento hasta que tengan la edad suficiente como para saber la cruel realidad XD

Jajajajaj en fin, mucho drama. Pero esto era básicamente lo que pasaba en mis navidades ._. lo triste, es que a pesar de que tenemos un hermanito más pequeño, él  se creyó ese cuento solo como hasta los 7 años ._. y mi hermano mayor y yo… dejémoslo así xD



Ahora pasemos a la actualidad:

“Feliz friki navidad a todos, feliz friki navidad a todos, feliz friki navidad a todos
 y año nuevo otaku también”


De mis navidades otaku no hay mucho que decir, la verdad era que me la pasaba dibujando manga (omakes navideños de mis historias) y saliendo con mis amigas a vagar, ver anime, comer helado y etc, lo que siempre hacíamos en vagaciones xD

._. pero… después de convertirme en otaku, había algo que no sé porque mier** fue que empezó. Algo que vivo todos los años cuando salgo a comprar ropa (además de no encontrar lo que exactamente quiero) es el desafortunado hecho de llamar la atención ¿porque? Solo kami-sama sabrá, ya que él me pone en este tipo de situaciones…

El primer año, Salí con mi madre para conseguir linda ropa negra *o* todo iba bien, no había ningún color en mi ropa hasta la momento, hasta que el chico que nos atendió, sugirió un vestido corto de color… -piensa por un buen rato- digamos que salmón XD (no sabe realmente que color tan raro era ese) y como él era tan lindo, por no hacerle sentir mal la rechazar su sugerencia, me lo probé.  Por alguna horrible razón, que desencadenó todos los acontecimientos de cada año, apenas salí del probador,  las personas que estaban por el momento allí se quedaron observándome.
En mi mente solo me repetía: “a lo mejor tengo algo en la cara y no me he dado cuenta, o tengo un moretón de la clase de deportes y se me terrible…” Pero era todo lo contrario. Las señora que estaban allí comenzaron a decir: “que hermosoooo se ve preciosa!!!” y por ende, mi madre dijo lo mismo, y le chico que nos atendía no dijo nada mientras disimulaba mirar de reojo.

Mi suerte no cambio en la zapatería. Por más idiota que pueda sonar esto, es verdad y nada más que la verdad. Estaba mirando unas sandalias en el escaparate, y nuevamente, un chico se acercó a mí para atenderme. Le pedí la talla que necesitaba y luego de unos minutos volvió con el zapato. Pero en vez de dejarme  A MI SOLITA ponérmelo como acostumbraba, después de yo quitarme el que traía puesto, el chico procedió a colocarme la sandalia que quiera comprar. Mi cara, me imagino, se puso de mil y un colores mientras veía como ese muchacho revivía el desenlace de “cenicienta”.

Y así, año tras año deje ser la criatura oscura que tanto amaba ser. Esa criatura que ocupaba un espacio en la tierra pero que era invisible para todos lo demás seres en ella. ¿Cómo? Ni la menor idea, y a veces me gustaría volver a serlo. No quería aceptar (y sigo sin quererlo xD) que me estaba transformando lentamente en una criatura brillante, pero desde el momento que tu mejor amiga de dedica una canción que se llama "lolipop" ._. no hay NADA que hacer, la transformación estaba completa.  Ahora bien, miraremos lo que me ha sucedido por estos días en la misma rutina:

A estas alturas del partido, Sunako-chan (o sea yo) se ha resignado totalmente a sus clases de “como volverse una señorita” así que trata de vestirse de una forma más “bonita”. Sunako-chan ha dejado que su madre (y la señora que nos atendió en la tienda de ropa) escogiera algunas cosas para probarse, entre ellas vestidos con estampados y flores y unas camisas largas geniales con unos legings (estos últimos escogidos por mi xD) llega la hora más terrible para Sunako-chan: “el probador”
Una vez allí no hay vuelta atrás, supongo. Los probadores están llenos de personas en su mayoría mujeres. Luego y colocarme le primer vestido rosa, estampado con pequeñas rosas y una cinta blanca en la línea debajo del pecho, me aventuro a salir y saber qué opina mi madre. Silencio incomodo, todos miran en mi dirección. Como era de esperarse, las señoras no resisten el hacer comentarios sobre mi apariencia y me devuelvo rápidamente al vestidor realmente apenada. Y así sucesivamente hasta que pasa algo que nunca me ha gustado.
¿Por qué carajos los vestidores tiene que ser mixtos? Bueno, aquí llevo algo diferente: un lindo vestido corto color, la verdad no sé qué color sea, pero digamos que un rosado, de tiras y buen escote. Salgo para verme en el espejo aprovechando que no hay moros en la costa… hasta que me encuentro con alguien más en el reflejo del espejo. Un chico de unos 20 años, en la misma rutina que yo “comprar ropa” había salido para mirar su combinación, por ende, nos hemos quedado mirando uno al otro sin decir nada. Mi único pensamiento era “reacciona estúpida! Sal de allí rápido para que mamá te vea y puedas volver a ponerte tu ropa y salir corriendo” xD si, lo sé… soy tímida y odio que la gente me mire (a menos que sea mi novio :3)

Agradecía infinitamente no haberme tropezado con él al volver al probador, como una vez años atrás me había pasado en otro almacén:
-iteee!!! Iteee!!! Baka! Baka! Baka! –gritaba como loca al muchacho que me había tropezado, pisado el pie y casi hecho caer.
-¿ah? Perdone niña… no le entiendo –decía el estúpido ese.
-¡¡¡Anata wa baka desu!!! –le gritaba mientras me cogía el pie.
Ya se imaginaran como la gente me miraba “¿qué le dijo?” jajajja debía admitirlo, era lo bueno de ser otaku: “insultar sin que se den cuenta”



Hasta aquí el capitulo de navidad xD espero se hayan reído con mis recuerdos xD 
una vez más, ¡que tengan una feliz friki navidad! *o* llena de dulces y muchos anime para ver mientras tus padres intentan llevarte a casa de sus abuelos para rezar.

¿ próximo capitulo? lo primero que se me ocurra :D