martes, 2 de agosto de 2011

¿Ella o yo?



¿Cómo empezar otro capítulo de esta autobiografía? bueno, acabamos de ver mi primer supuesto noviazgo, un total desastre ocasionado en parte por mí. Por aquella persona fría y sin motivaciones propias, por haber olvidado a esa pequeña dulce persona que había sido por miedo a ser herida de mil maneras. Y sin darme cuenta, suprimiendo la voz de mi corazón y escuchando únicamente a la razón, igualmente había sido lastimada, poco, pero de todas formas dolió.

Había caído en la conclusión de que todos y cada uno de los hombres del planeta eran unos mentirosos, y más aún, cuando tiempo después de haber terminado mi primera relación, me di cuenta de que él había desaparecido para estar con su ex: porque ella le daría lo que yo no le hubiera dado ni en un millón de años, por más veces que lo insinuara o pidiera.

No quería saber nada de novios, ni de enamorados ni nada, de cierto modo me había rendido y solo quería ignorar ese vacío que había quedado en mí, el espacio en donde había estado el cariño y la poca magia del "amor" que pude sentir. Pero tampoco iba a ser una resentida social ni nada por el estilo, era algo estúpido. Ahora solo tendría amigos, los chicos no serían sino solo amigos y hermanos, nada en un plano romántico.... y todo iba de maravilla, hasta la llegada de una persona.

Salía con mis amigas a cual presentación de bandas que hubiera, me pasaba horas sumergida en la pantalla del pc viendo anime, leyendo manga, dibujando, escuchando mi habitual musica depresiva y corta venas de siempre. Mi único propósito era asistir a la escuela y sacar buenas notas, sobrevivir a las largas horas de estudio, prácticas de laboratorio, jornadas de refuerzo y exámenes de 6 horas. 


Pero pasó algo que no tenía previsto, y era que conocería a una persona muy dulce en el camino, una persona que enserio me gustaba y que deje ir por ver la felicidad de otra persona aun muchísimo más importante para mí.

Si la memoria no me falla, fue el tercer sábado de noviembre del 2008, mi mejor amiga de la infancia, Nana, me invito a una presentación en el parque del centro, allí se presentarían unos amigos y hacía rato no los había vuelto a ver. Invitamos además a Kana para completar el trio fantástico -risitas- llegamos al parque y nos sentamos en el suelo mientras esperábamos que las bandas adecuaran le sonido de sus instrumentos. Hablábamos de cualquier cosa, hasta que Nana comento que había un chico muy lindo sentado solo en una de las bancas a nuestro lado. Ella propuso hablarle, pero ninguna de nosotras estaba dispuesta a dar el vergonzoso primer paso "la presentación" Pero tenía que pasar, ellas TENIAN que apostar en contra mío.

-si le hablas, te daremos un mp3 de las bandas que quieras.

La oferta era tentadora, y no tenía que hacer gran cosa sino ir donde estaba él y decir "hola, como estas" ¿qué perdería? cuanto mucho cinco minutos de mi vida, no era nada. Pero tampoco iba a ir sola, me acerque a él en compañía de Nana, después de todo era ella la que se moría por hablarle. Con cada paso que dábamos mi corazón empezaba a estrujarme le pecho, era incómodo y mi tic de nerviosismo no podía dejarme en paz. Comenzaba a reír nerviosamente por ninguna razón aparente, hasta que estuvimos lo suficientemente cerca para decir: "hola! ¿Porque tan solito?" y después de un par de risas, él se levantó y fue a sentarse con nosotras.

Su nombre es Akashi, un chico tímido, divertido y lindo, ocurrente y gracioso, diferente y bueno. Me gusto después de un par de horas de escucharlo hablar, peor había un "pequeño" detalle, y era que a Nana también le había gustado, y por lo que parecía, era correspondida. Al terminar la noche, subimos a un taxi para ir a casa ya que vivíamos en cerca, en el viaje hablamos de aquel chico tan peculiar e interesante y de cómo, había mostrado interés por ella. Nunca le dije que también me gustaba, él había ya había escogido y yo no tenía velas en ese entierro, así que decidí ayudar y hacer las de "cupido" y juntar a ese par de idiotas que no eran capases de decir algo al otro.

Algo salió bien, algo salió complicado y algo salió mal: Gane un mejor amigo y mi mejor amiga había hayado a su primer amor, no sabía cómo desaparecer mis sentimientos y termine por jugar con él.

Al cabo de un mes más o menos, los tres nos habíamos vuelto muy buenos amigos, y por otra parte algo más. Consideraba que él era mi mejor amigo, él me contaba todo lo que pensaba y sentía, y yo lo aconsejaba y daba mi apoyo. De la misma forma yo le compartía la mayoría de las cosas que pasaban por mi cabeza y las pocas cosas que me sucedían. A su lado todo era divertido y me sentía a gusto, era como un hermano para mí cuando me era posible ignorar la atracción que sentía por él.

Tal vez sea algo de mí que odio inmensamente: poner a las personas que quiero por delante de mi propia felicidad. Siempre lo hago, y como en este caso, hice a un lado lo que sentía en ese momento por darle la oportunidad de ser feliz a mi mejor amiga de toda la vida, y ahora, al que se había convertido en mi mejor amigo.

Por un tiempo el corazón se me estremecía cuando alguno de los dos hablaba de sus sentimientos por el otro, pero yo no podía hacer nada más que seguir al lado de ambos y contemplar como su amor crecía y creía. Y a medida que pasaba eso… Akashi me gustaba más y más, porque veía todas las cosas que hacía por ella, lo tierno de sus ojos cuando la pensaba, cuando hablaba de ella, cuando la nombraba o la nombraban. Porque poco a poco, y sin darme cuenta, ese vacío que había dejado una persona tiempo atrás se estaba llenando y se alimentaba con ilusiones y sueños, con los dulces que él me regalaba, los besos en la mejilla y los abrazos de oso que me daba, con los “te quiero” que cada vez eran más frecuentes y las visitas a casa que se volverían casi que rutina los fines de semana.

Por un tiempo aquellos sentimientos desaparecieron, pero… se hicieron más fuertes cuando Akashi y yo empezamos a jugar a ser “mozos” o “amantes”

No creí que un juego se transformara en algo real, y menos cuando todo terminara entre él y Nana. Cuando ellos llevaban 8 meses de relación, él tuvo que irse. La despedida fue dura para los tres, pero sobre todo para ellos. Cuando lo vi llorar, recordé porque lo quería tanto: por ser ese chico sensible poco frecuente en una sociedad tan machista. Su relación a distancia no funcionó, pero yo seguía estando para ambos, y nuestro juego seguía, pero ahora… se nos escaparía de las manos.

Hablábamos frecuentemente por mensajes o vía msn, pero, nuestros juegos se resumían a los inmensos deseos de vernos, palabras con doble sentido, proposiciones abiertas y sin fin de cosas. Hasta que unas vacaciones, nos reencontramos. Todo comenzó con un saludo especial y un beso escurridizo en las comisuras de la boca. Siguieron las indirectas, que ahora ya no eran juegos, sino reales, y yo no me daba cuenta de cuan reales eran hasta que sus labios tocaron los míos. Aun hoy me pregunto si esa hora en la que nos seguimos besando sin decir ni una palabra fue de verdad, porque no creí que Akashi fuera a sentir algo por mí en algún instante de esta o la otra vida, porque no creí que mis sentimientos pudieran envolverme de tal forma como para dejar que eso sucediera. Pero no todo termina bonito, no lo crean… porque esos besos fueron lo peor que pudo haber pasado entre los dos.

Tal vez las cosas tenían que haber pasado de esta forma, para que yo volviera a tener las esperanzas de tener a alguien a mi lado, para que volviera a creer en el amor. Todo se terminó el día en que tuve que volver a clases, tuvimos una discusión que concluyo con un “no quiero saber nada más de ti” porque él no estaba dispuesto a llevar una relación a distancia, cuando por mi parte y en ese momento, no me hubiera importado los kilómetros con tal de sentir lo que en ese momento sentía: el adictivo ritmo acelerado de mi corazón y las mariposas en mi estómago cuando sus labios se acercaban a los míos.



Por una parte me sentía triste y lastimada, siendo mi mejor amigo… ¿no se supone que sabría que yo no buscaba un juego sino algo enserio? ¿No se supone que me conocería lo suficiente como para saber que yo no le daba un beso a alguien a menos que enserio lo quisiera? No solo me había arrepentido de darle aquellos besos llenos de sentimientos que ahora me parecen idiotas, sino que también... perdí a mi mejor amigo, porque ahora no puedo verlo como antes y nuestra relación aún tiene esa espina en mitad de ambos.

Fin~!

Bueno, una vez más hemos concluido un capítulo más de esta autobiografía, un capitulo realmente rápido para todas las cosas que pasaron en medio de esta historia llena de confusiones y errores. Pero lo único que sé… es que nunca me había arrepentido tanto de haber besado a alguien como en esa ocasión.

Uuum... ya casi llegamos la presente, falta solo meses :P

Así que… mis queridas amigas, las que saben todo lo que pasa en esta vida “aburrida” ¿Qué les gustaría que escribiera en el próximo capitulo? ¿Algo que dejara de largo, sin mencionar, que?

Comente, critiquen, añadan… lo que les dé la gana! :P

Y gracias por seguir leyendo esta atrocidad de blog jajajaja