A propósito de esta época navideña: ¿Cómo era posible que nuestros padres nos hicieran creer realmente en Santa Claus? U.u todo un misterio para mi hasta le día de hoy.
Pues bien, al menos mis queridos progenitores hacían muuuy bien su puesta en escena la noche del 24. Lo primero era vestir a los niños con su ropa nueva (tiempo en que papá aprovechaba para meter los regalos en el auto sin que nos diéramos cuenta). Segundo, era llevarlos a casa de los abuelos para rezar la tan dichosa novena…
Para quienes no sepan que rayos es eso, pues en cortas palabras es una tradición colombiana de rezar entorno al pesebre una serie de oración y villancicos durante 9 días, como preparación espiritual al recibimiento del divino niño –cabe aclarar que para nosotros los niños es solo un montón de “bla bla bla” y luego comida *o*-
Como venía diciendo, luego de las oraciones y perder el tiempo con villancicos, llega la mejor parte de todas. Pongamos la imaginación a funcionar y miren con atención la habilidad y alta destreza que tienen nuestros padres para hacer vivir una infancia única:

Y obvio, como el querido lector se habrá de imaginar, al llegar a casa los regalos están mágicamente bajo el árbol y los niños se seguirán tragando ese cuento hasta que tengan la edad suficiente como para saber la cruel realidad XD
Jajajajaj en fin, mucho drama. Pero esto era básicamente lo que pasaba en mis navidades ._. lo triste, es que a pesar de que tenemos un hermanito más pequeño, él se creyó ese cuento solo como hasta los 7 años ._. y mi hermano mayor y yo… dejémoslo así xD
Ahora pasemos a la actualidad:
“Feliz friki navidad a todos, feliz friki navidad a todos, feliz friki navidad a todos
y año nuevo otaku también”
y año nuevo otaku también”
De mis navidades otaku no hay mucho que decir, la verdad era que me la pasaba dibujando manga (omakes navideños de mis historias) y saliendo con mis amigas a vagar, ver anime, comer helado y etc, lo que siempre hacíamos en vagaciones xD
._. pero… después de convertirme en otaku, había algo que no sé porque mier** fue que empezó. Algo que vivo todos los años cuando salgo a comprar ropa (además de no encontrar lo que exactamente quiero) es el desafortunado hecho de llamar la atención ¿porque? Solo kami-sama sabrá, ya que él me pone en este tipo de situaciones…

En mi mente solo me repetía: “a lo mejor tengo algo en la cara y no me he dado cuenta, o tengo un moretón de la clase de deportes y se me terrible…” Pero era todo lo contrario. Las señora que estaban allí comenzaron a decir: “que hermosoooo se ve preciosa!!!” y por ende, mi madre dijo lo mismo, y le chico que nos atendía no dijo nada mientras disimulaba mirar de reojo.
Mi suerte no cambio en la zapatería. Por más idiota que pueda sonar esto, es verdad y nada más que la verdad. Estaba mirando unas sandalias en el escaparate, y nuevamente, un chico se acercó a mí para atenderme. Le pedí la talla que necesitaba y luego de unos minutos volvió con el zapato. Pero en vez de dejarme A MI SOLITA ponérmelo como acostumbraba, después de yo quitarme el que traía puesto, el chico procedió a colocarme la sandalia que quiera comprar. Mi cara, me imagino, se puso de mil y un colores mientras veía como ese muchacho revivía el desenlace de “cenicienta”.

A estas alturas del partido, Sunako-chan (o sea yo) se ha resignado totalmente a sus clases de “como volverse una señorita” así que trata de vestirse de una forma más “bonita”. Sunako-chan ha dejado que su madre (y la señora que nos atendió en la tienda de ropa) escogiera algunas cosas para probarse, entre ellas vestidos con estampados y flores y unas camisas largas geniales con unos legings (estos últimos escogidos por mi xD) llega la hora más terrible para Sunako-chan: “el probador”

¿Por qué carajos los vestidores tiene que ser mixtos? Bueno, aquí llevo algo diferente: un lindo vestido corto color, la verdad no sé qué color sea, pero digamos que un rosado, de tiras y buen escote. Salgo para verme en el espejo aprovechando que no hay moros en la costa… hasta que me encuentro con alguien más en el reflejo del espejo. Un chico de unos 20 años, en la misma rutina que yo “comprar ropa” había salido para mirar su combinación, por ende, nos hemos quedado mirando uno al otro sin decir nada. Mi único pensamiento era “reacciona estúpida! Sal de allí rápido para que mamá te vea y puedas volver a ponerte tu ropa y salir corriendo” xD si, lo sé… soy tímida y odio que la gente me mire (a menos que sea mi novio :3)
Agradecía infinitamente no haberme tropezado con él al volver al probador, como una vez años atrás me había pasado en otro almacén:
-iteee!!! Iteee!!! Baka! Baka! Baka! –gritaba como loca al muchacho que me había tropezado, pisado el pie y casi hecho caer.
-¿ah? Perdone niña… no le entiendo –decía el estúpido ese.
-¡¡¡Anata wa baka desu!!! –le gritaba mientras me cogía el pie.
Ya se imaginaran como la gente me miraba “¿qué le dijo?” jajajja debía admitirlo, era lo bueno de ser otaku: “insultar sin que se den cuenta”
Hasta aquí el capitulo de navidad xD espero se hayan reído con mis recuerdos xD
una vez más, ¡que tengan una feliz friki navidad! *o* llena de dulces y muchos anime para ver mientras tus padres intentan llevarte a casa de sus abuelos para rezar.
¿ próximo capitulo? lo primero que se me ocurra :D